Sistema inteligente para ayudar a personas con discapacidad es la propuetsa d elos politécnicos

Docentes de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (Espoch) diseñó un brazo robótico, que simula los movimientos de un operador para evitar riesgos en actividades industriales peligrosas, no estuvo en sus planes diseñar una línea de rehabilitación física inteligente para personas con discapacidad.

Los investigadores son parte de la planta docente de la carrera de Mecánica de la Espoch. este grupo de investigación académica que ahora, además de diseñar equipos mecánicos para la industria, ayuda a quienes han perdido una extremidad y a quellos que tienen una discapacidad debido a enfermedades o accidentes.

Patricia tenía 19 años cuando perdió su brazo derecho en un accidente. En un inicio pensó que su vida se estancaría, pero luego descubrió que su discapacidad no le impide cumplir su sueño profesional.

Ella es la primera usuaria de una prótesis robótica, el primer producto diseñado por los académicos.

Ese equipo recepta los impulsos nerviosos de los músculos y está instalado en su muñón, lo cual le permite hacer movimientos con los dedos de la prótesis.

Con su brazo artificial, María puede cumplir tareas básicas, como sujetar cosas, alimentarse, peinarse, entre otras. La prótesis le ayudó a ser más independiente y su calidad de vida mejoró.

El equipo de investigadores empezó a trabajar en ese proyecto tras recibir una invitación de la Vicepresidencia de la República en el 2015.

Previamente, en el 2014, ellos presentaron su investigación sobre los manipuladores mecánicos para reducir la accidentabilidad en la industria.

Gracias a ese proyecto el equipo fue designado como personaje científico del año por el Municipio de Riobamba.

“No fue muy difícil acoplarnos a ese pedido porque ya conocíamos la tecnología con sensores, pero tuvimos que aprender más sobre las discapacidades y las necesidades de las personas que habían perdido una extremidad”, cuenta Carlos Santillán, coordinador del equipo.

El desarrollo de prototipos

Para responder a la invitación que les hizo la Vicepresidencia, los investigadores también tuvieron que aprender más sobre la biomecánica.

Adicionalmente, tuvieron que estudiar el efecto espejo. Se trata de un reflejo natural del cuerpo que se puede potenciar para aprender a operar extremidades mecánicas.

Tras efectuar pruebas con varios prototipos, los académicos desarrollaron un producto final que se destaca por ser autónomo.

El equipo tiene instalado un sistema de programación de movimiento y sensores de señales electromiográficas que se colocan sobre la piel del paciente.

La prótesis sigue en su tercera fase de prueba.

El desafío para convertirla en un producto funcional al que accedan más personas con su extremidad amputada es el sistema de control y la calibración de los sensores. Cuando los sensores se mueven, los investigadores deben recalibrar todo el sistema.

El equipo de docentes escribió cuatro artículos científicos sobre las prótesis robóticas y ha asesorado más de una decena de tesis de grado sobre proyectos similares.

Además, los docentes expusieron sus descubrimientos en ferias científicas y han dictado conferencias en universidades de Guayas, Pichincha e Imbabura.

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